Siklón

Siklón

viernes, 15 de mayo de 2015

Album personal

Fotografía de interiores de la Alhambra (Arquitectura)


Sombras y urbanismo en una avenida a orillas del Segura (Murcia)


 Ruta del Cares, descenso del agua


 Valle del Jerte en plena floración de cerezos (Naturaleza)


martes, 12 de mayo de 2015

Trabajos con Photoshop

Hemos realizado en clase algunos trabajos con Photoshop, estos son algunos:

 Imagen en blanco y negro con retoques en la cara

 Imagen con color retocado y efectos de mosaico y extrusión

 Foto con filtros

Foto de la Historia del Arte modificada:
José Benlliure. La barca de Caronte (1919). Valencia, Museo de Bellas Artes

Foto "sandwich" de personas, con Elena y Dani

martes, 17 de febrero de 2015

El Resplandor



El Resplandor (The Shining)



Vamos a tratar una importante película de culto que además marcó un hito en la historia de cine.
Ficha técnica
Nombre
El resplandor “The Shining”
Director y productor
Stanley Kubrick
Guionista
Stanley Kubrick y Diane Johnson
Nacionalidad
Estadounidense
Estreno
1980
Género
Terror Psicológico
Lugar de exhibición
EEUU y después difusión internacional

Interpretación
Actor
Personaje
Jack Nicholson
Jack Torrence
Shelley Duvall
Wendy Torrence
Danny Lloyd
Danny Torrence
Scatman Crothers
Dick Halloran

La película está basada en el libro homónimo de Stephen King (cuyo final difiere bastante de éste), y es reconocida como una de las obras maestras de Kubrick, junto a “Espartaco” (1960), “2001: Odisea del espacio” (1968) o “La Naranja Mecánica” (1971).

Jack Torrence acude a una entrevista de trabajo para encargarse del mantenimiento del hotel Overlook durante el invierno. A pesar de que un anterior revisor en su misma situación asesinara a su familia y se suicidara, acepta el cargo y se traslada allí junto a su mujer Wendy y su hijo Danny, quienes sufrirán el aislamiento y el frío claustrofóbico del invierno en el hotel, haciendo enloquecer a Jack, quien intentaba escribir una novela, seguirá el mismo camino que Grady el antiguo guarda. Además, Danny cuenta con una habilidad suprasensorial llamada “El Resplandor” y que le permite ver sucesos del pasado o del futuro, así como comunicarse con otras personas que tienen el mismo poder como el cocinero del hotel Dick Halloran.

Se trata de una historia de horror verosímil que nos permite adaptarnos rápido a la piel de los personajes y sus circunstancias, realista hasta donde el argumento se cruza con los fenómenos y las visiones irracionales del hotel, en los cuales se puede apreciar una influencia Hitchcockniana sobre Kubrick que son parte indispensable en esta obra de terror. Los temas que aparecen son la familia, la soledad, la responsabilidad, y la psicosis que finalmente acaban sufriendo los protagonistas, unos más que otros.

La mayoría de escenas pasan por reales, las circunstancias y contexto de la historia, incluso podría serlo la locura de Jack debido a lo antisocial de su estancia en el hotel y la presión e impotencia que siente frente a su trabajo de novelista. A pesar de esto, las escenas de las visiones del niño, el fantasma de la mujer que además le agrede supuestamente, la liberación de Jack del almacén, o la introducción de Jack en el cuadro de 1921 en la escena final.

Los personajes son pocos pero muy bien desarrollados, empezando por Jack Torrence interpretado por Nicholson que ya apareció en la gran pantalla años antes en “Alguien voló sobre el nido del cuco” (1975), razón por la cual no se le quería para el papel, pues la gente le vería directamente como el “supuesto desequilibrado mental" de la anterior obra, aunque finalmente logra representar a su personaje a la perfección, su evolución psicológica que nos muestra el ascenso a la más descabellada locura como se deduce por su trabajo literario que culmina intentando asesinar a su familia. La figura de Wendy está exagerada por su intérprete, es una continua sobreactuación, según se rumorea por el acoso sufrido durante el rodaje para que se metiera en el papel, también sufre una transformación psicológica de mujer fiel a su matrimonio para desconfiar y escapar de su marido. Danny nos plantea un misterio que escapa a nuestras capacidades, es su capacidad de Resplandor la que le permite ver visiones y enterarse de lo que ocurre en el hotel. Para complementar esta habilidad está Halloran el cocinero (interpretado por Scatman Crothers, fue recomendado por Nicholson tras aparecer en “Alguien voló sobre el nido del cuco”), que establece una conexión con Danny y se preocupa por la salud de la familia, pues intuye que Jack está volviéndose loco, su vehículo es la herramienta que usan para escapar del hotel. Es irónico que tuviera el Resplandor pero no pudiera anticiparse a su propia muerte.

Los planos, la música, y el ritmo están correlacionados a la perfección. El sonido es continuamente desagradable, molesto, que causa incomodidad y vuelve más tensa la escena. El propio comienzo de la película es un Gran Plano General donde aparecen los créditos y el sonido es continuamente estridente. Las conversaciones poco importantes están filmadas en planos americanos y el sonido ambiental está ausente, mientras las más importantes están en primeros planos alternados y la música psicótica se vuelve más trascendente. Algunos planos destacados pueden ser los dos cenitales que muestran uno el laberinto, y dos el niño jugando en un “panal de sangre” en un pasillo del hotel antes de ver a las gemelas, el contrapicado que muestra el picaporte de la 237, o el nadir de Jack sobre la puerta del almacén, todos ellos acompañados de música acorde a una situación poco armoniosa que se puede quebrar en cualquier momento. Además fue innovadora al introducir la Dolly, una grúa para portar la cámara que permitía grabar tomas en movimiento, recurso que es explotado gracias al triciclo de Danny que nos muestra las estancias del hotel. Algunos planos en movimiento realizan ondulaciones que pueden ser interpretadas como una presencia fantasmagórica, por ejemplo. El tratamiento de la luz es un símbolo en la escena final del laberinto, cuando Danny intenta escapar, y Jack queda encerrado finalmente, tal vez porque no aprendió la salida como su hijo al no haberle dedicado nada de tiempo, y encerrándose en sí mismo.

Hay varias escenas célebres de la película así como imitaciones y parodias, que nos suelen mostrar siempre la escena del hacha rompiendo la puerta del baño, en la cual hay un fallo de rodaje (tras hacer una franja en la puerta Jack desiste de seguir rompiéndola, pero en la siguiente escena aparece una segunda franja, probablemente de una segunda toma la cual debería haber sido rodada después de la escena incongruente, no antes), las dos gemelas asesinadas que han pasado a la historia del cine, o cuando Wendy descubre que Jack se había vuelto loco y le amenaza con el bate.


El director consigue poner la piel de gallina con las perspectivas y la ambientación de cada escena, así como el contexto, lo cual consigue hacer de esta película una buena obra de terror. Las lagunas y los misterios sin resolver son parte de este género, la irracionalidad de los fantasmas que liberan a Jack, las visiones que no parecen ser falsas, el hecho de que el hotel esté situado sobre un cementerio indio, son aspectos que dejan abierta la trama y que probablemente, si pudieran ser explicados racionalmente harían perder mucho a la historia. La escena final la interpretaría como que el guarda supervisor del hotel sufre siempre la misma historia de soledad y locura, y termina asesinando a su familia; Grady fue el anterior, y Jack será el próximo que quede atrapado (tanto en el espacio como en el tiempo) teniendo que repetir la historia con el próximo encargado para poder “escapar” de la maldición del hotel, que es explicable a través de la excusa del cementerio indio. Es notable la mano de Kubrick en sus perspectivas cónicas e imágenes desconcertantes tales como los fantasmas del oso y el hombre en una cama que ve Wendy, que los analistas proponen que sea una metáfora de una resurgida URSS amenazante, y que la sangre del ascensor y las imágenes del hotel simbolizan el holocausto nazi, así como otro trasfondo en el cual se explica que el hombre no llegó a la Luna. A pesar de tener lógica, son demasiado rebuscadas y a día de hoy carecen de sentido, dejando a la peli como una de las mejores del género de terror psicológico, y no tanto como un jeroglífico kubrickano. Un 8’5 sobre 10 por las buenas interpretaciones, sonido, planos, a pesar de tener un argumento no sobresaliente y una velocidad a veces demasiado lenta, es una película para ver más de una vez.

Marcos Domínguez Velad
2-3

sábado, 31 de enero de 2015

La Quimera del Oro



La Quimera del Oro

Este filme que ocupa el tercer puesto en la filmografía de Charles Chaplin, constituye un gran hito en la historia del cine, ya sea de manera global, o en el cine mudo.
Ficha técnica
Nombre
La Quimera del oro // The Gold Rush
Director, productor y guionista
Charles Chaplin, “Charlot”
Nacionalidad
Inglés
Estreno
26 de junio de 1925
Género
Comedia de aventuras
Lugar de exhibición
Estados Unidos
Otras películas del autor: “Tiempos Modernos”, “Luces de la ciudad”, “El Gran Dictador”, “Candilejas”, “El Circo”, “Mujer en París”, “El Chico”.

Actor
Personaje
Charles Chaplin
El buscador solitario
Mack Swain
Big Jim McKay
Georgia Hale
Georgia
Tom Murray
Black Larsen
Malcolm Waite
Jack Cameron
Henry Bergman
Hank Curtis

La sinopsis de la película se encuentra en plena fiebre del oro, miles de buscadores dispuestos a probar suerte emprenden su viaje a Alaska, donde se desarrolla la trama. Uno de ellos es el interpretado por Charlot y protagonista, el Buscador solitario (“The lone prospector”), que se pierde en la montaña y en medio de una tormenta encuentra la casa de Black Larsen, un buscado criminal, y se queda a vivir allí para no morir de frío junto a otro explorador, Big Jim, que acababa de encontrar una montaña de oro. Tras vivir una serie de aventuras, el Buscador Solitario baja al pueblo al pie de la cima y conoce a la chica de la que se enamora, Georgia, que está siendo cortejada por Jack en un Salón de Baile.

Esta historia tiene un planteamiento ideal para poder exprimir su jugo cinematográfico, se trataba un tema actual en la época, completamente realista, la fiebre del oro que volvía locos a los hombres, siendo muy pocos los que finalmente conseguirían alcanzar la fortuna. El componente social viene dado principalmente por el pueblo, el salón de baile en el cual está la gente y Georgia, la figura amorosa. Dicho pueblo retrata Klondike (frontera canadiense con Alaska), una villa situada al pie de una cordillera, que fue escenario de la Fiebre del Oro de Klondike, a finales del Siglo XIX, lo que nos permite situar espacio-temporalmente la historia, a pesar de no haber menciones concretas a nombres de la época o fechas directas.

Es tendencia pensar cuando nos hablan de una peli de Charlie Chaplin en enmarcarla en el género cómico, y “La Quimera del Oro” no va a ser una excepción. Continuas y pequeñas aventuras (o incidentes) acompañadas de bailes, gestos, y música, siempre desde el punto de vista de la comicidad, por ello enmarcaría la película entre las obras cómicas de aventuras, a pesar de que el trasfondo de la historia no tenga nada que ver con risas y felicidad. En otras películas del director, como “Tiempos Modernos” también podemos vislumbrar el trasfondo de pobreza y hambruna que sufre el protagonista, que en este escenario nevado estarán más presentes que nunca, al tratarse de un clima polar el que les impide conseguir alimento, hasta el extremo de tener que cocer una bota, o recurrir al canibalismo debido a las alucinaciones; en cualquier caso, Charlot nunca pierde la sonrisa y las energías para seguir luchando por sobrevivir y hacerse paso en la vida.

Esto nos lleva directamente a pensar en los personajes. Son pocos, y están bien definidos, empezando por la joya de la corona que no puede ser otro que “El buscador solitario”, interpretado por Chaplin, con una ejecución magistral, totalmente expresiva, artística, y perfecta, notable en todos los momentos en los que aparece: la intro, el forcejeo con la escopeta, la bota cocida, la gallina, la noche con Georgia, la cena con el baile de los panecillos, o la escena final de “la casa colgante”. No cabe duda de que es un actor y un bailarín excepcional, y si no fuera por él, gran parte de la película carecería de humor o incluso de interés, se puede decir que Charlie pone por las nubes el listón de la interpretación, pero su excesiva positividad ante cualquier situación hace de su personaje algo inverosímil, como si se tratase de un superhéroe que ninguna adversidad puede tumbar. Por otra parte los secundarios, Big Jim es un gran hombre bonachón, también cegado por el oro, aún así es humano y lo demuestra cuando conviven en la choza, y al final cuando rescata a Charles de una muerte segura a pesar de no necesitarle más una vez había encontrado la montaña, y comparte el oro con él. Black Larsen es un buscado criminal refugiado y atrapado en la nieve, que se nota que tiene experiencia y sabe que para sobrevivir, necesita cooperar con Big Jim y Charles aunque al principio se negara. Ejecuta su papel de rufián cuando no vuelve de buscar comida y huye tras disparar a dos hombres, topándose con la montaña de oro de Big Jim y golpeándole en la cabeza para no tener que compartirlo, esa es la principal diferencia entre los papeles de estos dos secundarios que protagonizan la primera mitad de la obra.

A partir de la segunda mitad, entra el tema del amor proporcionado por Georgia, que es muy importante y refleja una evolución en la mentalidad de los personajes. Que al principio rechazara a Charles y después, tras ver lo que él se había dedicado por ella, decide amarle sinceramente, es la guinda final para conseguir un final feliz redondo que satisface al espectador, una historia de amor, con desamor, pero que acaba bien. Jack es otro secundario, habitante del pueblo, y frecuente mujeriego en el salón de baile, su papel es el de antagonista de Charles, ya que ambos quieren cortejar a Georgia, es el típico hombre contundente y grande, seguro de sí mismo, pero prepotente y engreído cuando dice a la chica que le haga caso y deje de pensar en otros; finalmente acaba en su sitio desdichado en el amor, al tratarse de una historia con final feliz y ser “el malo”. El último personaje que se podría reseñar mínimamente es Hank Curtis, un hombre que mete a Charles en su casa tras verle desmayado tirado en el hielo, le da de comer y le asiste. Deja a Charlie al cuidado de su casa mientras se va fuera, que tal vez fuera la razón por la que le recogió del hielo, representa el papel, tan verosímil como los anteriores secundarios,  de alma caritativa que ayuda al vagabundo en un momento de dificultad, y que sin él, tal vez hubiese acabado falleciendo por hambre o frío.

La película tiene dos partes, una primera en la que Charles, Big Jim, y Larsen conviven en la montaña, hasta que se separan, y en la segunda parte aparece el pueblo, el salón de baile, la pérdida de memoria de Big Jim, y finalmente la resolución. Cada parte está compuesta por pequeños sucesos, algunos que condicionan la trama, como la llegada a la choza, la búsqueda de comida de Larsen, la pelea entre Jack y Charles, y otras sin mayor importancia en el argumento como el cocido de la bota, el sueño de Charles en el plantón de Nochevieja… es por esto que los picos de clímax de la película son continuos, se encuentran en una curva sinusoidal que constantemente sube y baja con cada escena. La velocidad puede resultar lenta por la simplicidad de los hechos, media película sobre la vida en el refugio de nieve, y otra mitad sobre el cortejo de una dama, pero aún así se hace perfectamente amena y rápida gracias a la música y el interés en la interpretación, encontrando los mayores clímax de emoción, en mi opinión, en la escena del forcejeo con la escopeta, la pelea entre Jack y Charles, y la escena final de Big Jim y Charlie intentando salir de la casa antes de encontrar el oro; entre medias siempre ocurren incidentes que mantienen viva la atención del espectador, cuando matan al oso con la escopeta, bailes, las amigas de Georgia…

El aspecto visual es acorde a la época en la que se rodó, la imagen suele ser fija, y repitiendo siempre los mismo planos, generalmente Planos Enteros (Choza, o salón de baile), y en contadas ocasiones primer plano de Charles como en el baile de los panecillos, o cuando bordea desolado el salón. En esta escena se recrea mediante luces el estado sentimental del vagabundo, ya que todo está completamente oscuro, excepto dentro, que se encuentra todo iluminado, y una parte de la cara de Charles, mientras mira por la ventana. La película es en blanco y negro, por lo que no se pueden realizar construcciones coloridas para dotar de mayor expresión a las escenas, y el sonido es continuamente música clásica de piano que simplemente acompaña a la acción, como si se tratase de un cuento. En 1942 “La Quimera de Oro” fue reestrenada acoplando sonido, y un nuevo acompañamiento, sustituyendo los carteles del narrador por la voz del susodicho, o de los personajes, siendo nominada a dos Óscars por mejor sonido y mejor banda sonora. Así como la diversidad de planos es nula, la angulación también resulta escasa, visible en pocas escenas como el forcejeo, o la visión de la casa sobre la montaña de oro. Para realizar escenas como la salida de Chaplin y Jim de la casa, simplemente se tumba la cámara para dar sensación de inclinación, nada que ver con las técnicas mil veces más avanzadas que se pueden aprovechar hoy día.


Esta producción cuenta con algunas escenas que han trascendido a la historia del cine, como el guiso de la bota de Charlot que emula una deliciosa comida para los hambrientos buscadores de oro, atrapados en la nieve. Aquí se muestra la desgracia del hambre, un problema global que no debería pasar inadvertido para el mundo, constante en las producciones de Charles. Por otra parte está la escena del baile onírico de los panecillos, que realiza el vagabundo en sueños mientras duerme en Nochevieja tras el plantón de Georgia. Aquí se vuelve a reflejar la búsqueda de la felicidad, por parte del protagonista, que está ligada a su amor pasional por Georgia, a quien deleita con este encantador baile con un par de tenedores y trozos de pan.

Tal vez sea por la diferencia generacional, pero la escena que más impacto me ha causado ha sido la primera de todas, esa cola interminable de personas que dejan sus casas para coger el pico y viajar en busca del oro. Ya había oído hablar de la fiebre del oro, pero nunca me habría esperado que la gente realmente se volviera enferma de codicia, pero es explicable viendo la sociedad en la que vivimos, controlada por la riqueza y el egoísmo.

Es evidente que se trata de una obra de peso tanto en la historia cinematográfica del director como la del cine en general, mérito que reconozco en todos sus aspectos, atribuido por los medios de los que disponía Chaplin en la época, y que trasciende a nuestras fechas dejando un buen sabor de boca y sentimiento de producción estrella más que algunas superproducciones contemporáneas. Este contraste de medios con la actualidad, y diferente sentido del humor al que se le da hoy en día a las comedias tal vez sea la razón principal por la que sentirnos llenos de gozo tras verla, y es por esto que la califico con 5 estrellas bien merecidas al no poder aportar críticas negativas ni carencias de “La Quimera del Oro”



Marcos Domínguez Velad